03/07/2015
Los cirujanos plásticos españoles, agrupados en torno a la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), se suman este año a los habituales llamamientos a la prudencia en carretera que, por estas fechas, suelen hacer otras instituciones públicas y privadas. El motivo es concienciar específicamente sobre la extrema gravedad de las lesiones por accidente de tráfico que les corresponde atender y la forma de prevenirlas.
"Los cirujanos plásticos -apunta el Dr. César Casado Sánchez, secretario general de la SECPRE y especialista en Cirugía Plástica del Hospital Universitario La Paz (Madrid)- somos responsables del tratamiento de lesiones y destrozos cuya gravedad es inversamente proporcional a la sencillez de las medidas con que podrían evitarse, como no sacar el brazo por la ventanilla del coche o llevar ropa adecuada al circular en moto".
La SECPRE ha identificado, en concreto, las siguientes lesiones como las más habituales entre las que requieren de cirugía reparadora tras accidentes en carretera: traumatismos craneofaciales y amputaciones o aplastamientos de la extremidad superior izquierda entre los conductores y abrasiones y fracturas abiertas de las extremidades inferiores entre los motoristas.
Los traumatismos craneofaciales pueden producirse por golpes contra el volante, el airbag o el parabrisas. Este último, desde la generalización de los cristales laminados, que no se astillan, apenas ocasiona heridas por cortes, pero continúa siendo un elemento contra el que el conductor puede impactar cuando sale despedido si, por ejemplo, no usa el cinturón de seguridad.
Los traumatismos más frecuentes de este tipo son las fracturas nasales y las del hueso malar, situado bajo la mejilla, así como las pérdidas de cuero cabelludo. En tales casos, los cirujanos plásticos proceden a lo que se denomina "reducción y estabilización" de la fractura, es decir, a la recolocación de los huesos afectados y, si es preciso, a la implantación de placas y tornillos.
La causa de las amputaciones y aplastamientos de la extremidad superior se encuentra en la mala costumbre de muchos conductores de circular con el brazo izquierdo fuera de la ventanilla. Los aplastamientos suelen ocurrir por choques laterales, sea contra otro vehículo, una pared, un elemento de mobiliario urbano o cualquier otro objeto; las amputaciones se producen por avulsión, es decir, porque la mano o el brazo quedan enganchados con ese objeto mientras el coche propio sigue en movimiento.
Lesiones como éstas se derivan a las unidades de referencia en Reimplante de Extremidades y en Tratamiento de Mano Catastrófica, directamente vinculadas a la cirugía plástica. Su gravedad es tal que, en su mayoría, resultan irrecuperables, tanto en lo que se refiere a la reconstrucción de las estructuras afectadas en los aplastamientos como al posible reimplante en las amputaciones. En este último caso, incluso si es posible la reimplantación, la mano o el brazo recuperados suelen carecer de la más mínima funcionalidad.
Las víctimas más comunes de las abrasiones y las fracturas abiertas de las extremidades inferiores son los motoristas. El riesgo de sufrirlas se incrementa en verano por ser la época del año en que se lleva ropa más ligera, como pantalones cortos o calzado que deja al descubierto parte del pie; en consecuencia, más desprotegidas van las piernas y otras zonas del cuerpo.
Las abrasiones por rozamiento con la calzada equivalen a quemaduras causadas por llamas o productos químicos y clasificadas entre el 10% y el 20% de SCQ (superficie corporal quemada), que hacen necesario el internamiento en la UVI. Con ellas, los cirujanos plásticos proceden al "desbridamiento" o limpieza de los tejidos afectados, sobre todo los cutáneos, y a su reconstrucción con tejidos sanos, extraídos de otras partes del cuerpo del paciente (autólogos).
En las fracturas abiertas de las extremidades inferiores, los propios huesos, al romperse, producen destrozos en el resto de tejidos, principalmente los blandos, como los nervios y los vasos sanguíneos, cuya reconstrucción debe efectuarse para proceder a continuación a la cobertura del área afectada con tejido cutáneo y tejidos musculares autólogos.